11 jun 2019

Kant al alcance de los jóvenes: Café Filosófico de Uniautónoma


Por Antonio Donado Tolosa, docente- investigador en la Universidad Autónoma del Caribe

Cuando me invitan a conversar de filosofía con jóvenes estudiantes, Kant siempre ha venido en mi auxilio. El encanto de Kant es que nunca olvidó que la libertad para pensar tiene el costo de evitar las ataduras de quienes detentan cualquier forma de poder, se armó de paciencia y comprensión para ver cómo el favoritismo encumbraba mediocridades por encima de sus méritos y trascendencia entre sus pares. Kant nace en 1724 y muere en 1804, ambos sucesos en Konigsber, hoy ciudad al oriente de Alemania. Entre esas dos fechas, Kant iluminó el firmamento intelectual con trabajos que todavía hoy son referencias significativas para las ciencias humanas.


El plan de mi encuentro con los estudiantes que asistieran al Café Filosófico que organiza la biblioteca Benjamín Sarta y el Departamento de Humanidades, ambas áreas de la Universidad Autónoma del Caribe, giraba en torno a tres ideas: la razón es una conquista de la especie humana; es tarea prioritaria aprender a pensar y actuar racionalmente y tercero, sin conciencia moral no tiene chance el pensamiento racional.

Kant contribuyó de manera destacada a lo primero. A diferencia de Platón, que atribuía origen divino a las ideas (alma, mundo, Dios), Kant las trató como objetos supremos de la razón. En un tiempo donde la filosofía todavía era una auxiliar de la teología, Kant consideró que era necesario separar las áreas, lo que no le impidió vivir con dignidad su fe cristiana, y encauzar la investigación filosófica por los caminos del conocimiento científico. Fue precisamente en esta labor que encontró lo que consideró una iluminación: el verdadero conocimiento consiste en ser una “síntesis a priori”.

Él pensó, y lo demostró, que si lograba esclarecer la naturaleza de esa “síntesis a priori”, entonces era posible resolver el problema del cómo y del por qué son posibles las ciencias matemático- geométricas y la ciencia física.

(Puede ver un resumen de la charla filosófica en este vídeo:)



Hoy las neurociencias que ven los procesos cognitivos en tiempo real, entienden mejor a Kant. Es cierto que el juicio que agrega algo nuevo al conocimiento es de la creación del sujeto, y no es causado por el objeto en sí. Lo que afirmamos del objeto es realmente una construcción cognitiva del sujeto.

De esta manera Kant nos entregó la clave de la racionalidad científica, y mucho más. Su esfuerzo por ayudarnos a comprender la relación esencial entre lo bueno, lo verdadero y lo bello fue un reconocimiento al legado de los grandes filósofos griegos, en especial Sócrates, Platón y Aristóteles. El vio que el ser humano no solo puede alcanzar la “razón teorética”, sino que la razón humana también es capaz de una “razón práctica”, con la que podemos educar nuestra voluntad e iluminar la “acción  moral”.

Es muy conocida su fórmula del “imperativo categórico”:
“Actúa de modo que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre, al mismo tiempo, como principio de una legislación universal”. Kant utilizó otra formulación con el mismo valor lógico: “Actúa de tal modo que consideres a la humanidad, y a ti mismo como a los otros, siempre como un fin en sí mismo y nunca como un simple medio”.