19 jun 2017

Oda para que tío Ito vuelva a ser el de antes

Por John Acosta

Carmen y tío Ito, en sus viejas época
 de enamorados
Yo sentía el cosquilleo en mi cabeza y abría los ojos somnolientos aún por la desadormecida reciente y veía la claridad tenue de la linterna, que intentaba inundar la sala con su luz amarillenta por las pilas viejas: era tío Ito que me despertaba, como de costumbre, con la yema de sus dedos como escarbando entre mi cabello ensortijado. Mientras él prendía la lámpara de querosén que colgaba en la parte superior del umbral de la puerta que comunicaba las dos únicas habitaciones de la casa de barro, yo me estiraba en mi hamaca para tratar de alejar rápidamente los últimos vestigios de flojera que me quedaban por el despertar abrupto. Me sentaba con los pies colgantes y me ponía los zapatos que dejaba en la noche debajo de la dormilona colgante. Tío Ito destrancaba la puerta del patio, que era el tronco partido a lo largo por la mitad de lo que fue un grueso árbol, y el frío de la madrugada se acentuaba dentro de la vivienda artesanal. Después de descolgar mi hamaca,  iba trastabillando hasta la tinaja que estaba en un rincón y sacaba el agua en una totuma para lavarme la cara y enjuagarme la boca en el patio. Todo eso me llega a la mente hoy, más de cuarenta años después, cuando tío Ito no es ni la seña de lo que fue, a pesar de que todavía le quedan fuerzas físicas de sobra para volver a ser el toro de lidia que todos admirábamos.

Carmen, la eterna y fiel compañera sentimental de tío Ito, arrastraba sus chanclas de caucho desde su cuarto que compartía con su hombre, su hijo de cinco años (Manuel Luis) y su hija de tres (Claudia Nuris, todavía no había nacido Dayana, la menor), e iba hasta la cocina, que quedaba en la mitad del patio. Ella untaba el fogón, mientras tío Ito le echaba el maíz a las gallinas, antes de abrirles la puerta del gallinero para que salieran a picotear en los potreros. Los terneros, que ya sabían de nuestra levantada, bramaban en sus corrales para que tío Ito y yo nos apuráramos con el ordeño de las vacas. El olor de la leña, recién prendida con querosén por Carmen en la cocina, le devolvía la esperanza a nuestras tripas crujientes.

La cocina de Fundación, hoy
Tío Ito y yo entrábamos al corral de las vacas, él con su olla de aluminio para ordeñarlas y yo con mi garrote para ir soltando terneros, uno por uno, a medida que tío Ito avanzaba con su oficio. “Échalo”, me gritaba él cariñosamente, cuando terminaba con la vaca de turno. Y, si era verano, se acercaba a mí resignado, me mostraba la olla con el poquito de leche en el fondo: “Mira lo que están dando estos pobres retobos”, me decía e iba a vaciarla en la ponchera de plástico que tenía en la alacena, afuera del corral. Cuando regresaba, ya yo le había soltado el otro ternero. Y así, hasta que el olor a tinto recién hecho nos llenaba el alma de júbilo. Aparecía Carmen con los pocillos humeantes y nos los pasaba por encima de la cerca. Tío Ito recogía en un vaso de plástico la espuma de la leche recién ordeñada, le rociaba tinto por encima y me lo daba para que yo me la tomara. Manuel Luis y Claudia Nuris, que ya se habían despertado con el cantar de los gallos, el balar de las ovejas y el bramido de los terneros, llegaban con sus vasos para que su padre les diera la espuma con tinto rociado. Nos burlábamos con el bigote blanco que nos dejaba cada sorbo de espuma de leche.

Mi señora y mis dos hijas menores. Al fondo, la vieja casa de Fundación
Desde el corral, veíamos el color rojizo allá en la lejanía al despuntar el nuevo día. Y terminábamos el ordeño cuando los primeros rayos solares alejaban de la grama y de las hojas de los árboles el rocío mañanero. Ya Carmen había asado las arepas de queso, que nos servía con huevos revueltos y café con leche. Tío Ito y yo habíamos pilado el maíz la tarde anterior, de los sacos desgranados que estaban en el rincón del cuarto que él compartía con su compañera y sus hijos. El mismo maíz que él había cultivado en la roza cercana a la casa. Carmen lo había hervido en la noche, poco antes de acostarnos. Y tío Ito y yo lo habíamos molido en la madrugada, antes de entrar al corral.

Yo me iba al potrero a buscar el burro en el que debía llevarle a la vieja Aba, mi abuela, allá en La Junta, la leche y las yucas que tío Ito había sacado de su roza la tarde anterior. Cuando regresaba con el animal amarrado, ya tío Ito había puesto a cuajar la leche para hacer el queso más tarde. Él me angarillaba el burro y amarraba las mochilas de la yuca y la del cántaro de leche en los cachos traseros de la silla. Ya yo había aprendido a subirme solo al burro, apoyando mi rodilla derecha en el pescuezo del animal. Salía montado rumbo al pueblo del alma, mientras tío Ito soltaba las vacas y los terneros.

La vieja Aba, de negro; tío Ito, de sombrero. atrás; Carmen Mejía,
a medio lado y sonriente. Todos, frente a la casa, en Fundación
Si era día de semana normal, yo regresaba en la tarde, después de que salía del colegio. Y si era fin de semana, volvía en la misma mañana. Me turnaba con mi primo Álex, que tenía mi misma edad, y también era criado por la vieja Aba en La Junta: un día iba uno y otro día, el otro. En la mañana, no encontraba a tío Ito porque estaba en los potreros haciendo los oficios normales: tapar un portillo, haciendo una nueva roza, echando una nueva división de alambre de púa, en fin. O en el playón del río, amansando un potro brioso.

A tío Ito le gustaba más que fuera Álex porque él había aprendido a ordeñar, angarillar el burro, sacar la yuca. Mientras que yo me llevaba los libros del colegio y me entretenía con mis tareas académicas. Una vez llegó tío Ito de los potreros a las cuatro de la tarde y encontró a los animales escoteros en la puerta del potrero, agonizando de sed. “¿Ajá, y tú por qué no haz llevado a los animales al río para que beban?”, me preguntó contrariado. “Porque ellos bebieron ayer”, le respondí inocentemente. “¿Y tú no bebes agua todos los días?”, me hizo entrar en razón.

Mirando atrás

El nombre completo de tío Ito es Manuel Nicolás Acosta Mendoza. Es el séptimo de doce hermanos: Elvira Mercedes, María Nurys, Miguel Luis, Néstor Emilio, Alcides de Jesús, Afranio José, Manuel Nicolás, José Elías, María Elisa y María Esther (mellas), Jorge Félix y Carmen Rosa (mellos). Su segundo nombre es en honor al mayor de sus tíos. Por cariño, la vieja Aba, su madre, empezó a llamarlo Manuelito y el diminutivo de ese diminutivo es Ito, como lo llama todo el mundo.

Carmen y tío Ito, recientemente
Carmen Mejía es nieta de una prima de mi abuelo; es decir, de una tía prima de su marido. Todos los hermanos de tío Ito habían salido del pueblo a buscar mejor vida en otros lugares: solo quedaban tío Ito y tío Jorge, el menor. Ambos vivían en Fundación, la parcela de los abuelos. Tío Jorge quería alzar vuelo rápido también. Y le había dicho a su hermano que se consiguiera rápido una mujer porque lo iba a dejar solo en el monte. Ya tío Ito conocía a Carmen, quien vivía en Valledupar con su papá. Ella había llegado a pasar unas vacaciones a La Junta y tío Ito no quería desperdiciar aquella oportunidad de convencerla a que se fuera a vivir con él.

Tío Ito cuenta que ya él había hablado con ella y quedaron en que él la recogería esa noche para irse a vivir a Fundación. Carmen dice que es mentira, que ella nunca le dijo que sí, pero que él se presentó en un caballo y la obligó a subirse. Lo cierto es que tío Jorge pudo marcharse a hacer su vida cerca a sus otros hermanos porque ya no dejaba a tío Ito solo en el monte.

La depresión no superada

Manuel Luis (qepd) y su hijo mayor, Yordan
Carmen y tío Ito tuvieron tres hijos: Manuel Luis, Claudia Nurys y Dayana. Compraron una casa en La Junta, cuando ya los muchachos iban a entrar a la escuela. La vendieron mucho tiempo después, cuando la vieja Aba, mi abuela, murió y ellos se fueron a vivir a la casa de los abuelos. Cuando Manuel Luis terminó su bachillerato, su obsesión era entrar a trabajar en la mina carbonífera de Cerrejón. Yo había hecho mis prácticas profesionales en la división de Comunicaciones de esa empresa y estuve vinculado a ella como contratista independiente por muchos años. Martha Luz Vallejo, la humanista reclutadora de personal de Cerrejón en ese entonces, le dio la oportunidad a mi primo  de trabajar en la multinacional minera, después de varios intentos de él para ingresar en esta compañía carbonífera.

Tío Ito se había vuelto famoso en La Junta por participar todos los años en el concurso de canción inédita del Festival Folclórico del Fique; incluso, me inspiré en él para escribir un cuento sobre la violencia guerrillera, que ubiqué en nuestro pueblo. (Lea aquí ese cuento, titulado Nadie asesinará la alegría del pueblo)

Manuel Luis y tío Ito tenían muchos planes para Fundación. Incluso, ya habían empezado  a ampliar y distribuir los potreros. Hasta que tuvo que llegar lo inesperado. Recuerdo la mañana aquella en que mi primo Manuel Luis llegó a la universidad donde yo trabajaba como profesor, en Barranquilla. “Primo, me ha salido una cosa en el estómago que no se ha podido determinar de qué se trata”, me dijo. Esa vez, almorzamos juntos, lo subí a mi oficina y hablamos largo rato. Me insistía en que no sabía de qué se trataba su enfermedad.

Tío Ito y dos de sus nietos, en foto reciente
Volví a saber de él en Santa Marta, donde yo iba los fines de semana a dar clases de redacción periodística en la Universidad Sergio Arboleda. Dios quiso que lo viera todas las tardes de los sábados, cuando terminaba clases. Él estaba ahí, en esa inmensa casa, acompañado solo con la firme esperanza de Carmen, su madre. Y, en esa rápida tarde de desahogo, hablábamos de lo divino y de lo humano. Ahí  conocí su firme convicción de que el embrión de pato lo iba a curar de ese cáncer terminal que le consumía su estómago.

Tío Ito y su nieto Yordan, el hijo mayor de
Manuel Luis
Volví a saber de él porque estaba grave de muerte en un hospital de Medellín, acompañado apenas por la esperanza eterna de Carmen, su madre. Ahí murió. Ese día pidió hablar por teléfono con sus hijos, que estaban en La Junta. Y, después de decirles a todos que los quería, murió. Mi tío Ito no pudo superar nunca el dolor por la partida de su hijo mayor. Era su único varón. Y hasta el sol de hoy, mi tío Ito no sale de la habitación que Manuel Luis construyó en la casa de la vieja Aba. Mi tío Ito no volvió a ir a Fundación. Ya mis actividades académicas me impiden ir a esa parcela con la constancia que deseo, pero aun cuando puedo ir, uno encuentra el abandono por todos lados. Cómo hace falta la  presencia de tío Ito en esos parajes de su dominio. Tío Ito apenas sale del cuarto que hizo parar  Manuel Luis, saluda con el cariño de siempre, pero con la nostalgia latente en su alma, y vuelve a regresar a su encierro.

Hoy no solo es día del padre, sino que, además, tío Ito está cumpliendo años. Lo supe por un hermoso mensaje que Beto, el mayor de los muchachos que la abuela Aba crio, puso en el grupo de WhatsApp de los Acosta: “Dios lo bendiga y lo saque de ese encierro en que se encuentra, qué bonito sería volverlo a ver como antes, mamando gallo, echando cuento y todo eso que lo hacía un personaje único en la familia”. Así es, tío Ito, todos lo esperamos de regreso, usted tiene con qué.

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33 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Buen texto bien estructurado, la forma como el autor narra detalladamente los recuerdos vividos al lado de tío ito y además acompaña su narrativa con fotos reales de él, la vivienda y otros familiares nos trasportan al lugar y permite que también nosotros disfrutemos de los esos momentos compartidos sin importar si somos o no de pueblo; que difícil debe ser para el autor ver a tío Ito consumido por esa tristeza tan grande de perder un hijo, una parte de él se murió junto con Manuel Luis, incluidos los planes que juntos soñaban algún día alcanzar, está pérdida irreparable le quito el sentido de la vida a tío Ito; buscarle explicación a ese encierro en el que se encuentra tío Ito seria ondar en suposiciones… ¿será que en su conciencia exista el sentimiento de culpa porque pudo él haber hecho algo para evitar la muerte de su hijo?, y ¿esto lo puede estar martirizando e impidiendo superar esta temprana partida?, son interrogantes que solo él podría responder, sin embargo aún le queda a sus familiares la esperanza puesta en Dios, que lo pueda consolar y sacarlo de ese encierro, por eso hay que “Orar para que tío Ito vuelva a ser el de antes”.
      Jacqueline Jiménez Arellano- Derecho Grupo -2

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  3. La manera en que está narrado el texto es cautivadora, a medida que lees te transportas a todos estos lugares, sientes los olores, los ruidos, los sabores, e incluso los sentimientos que brotaban de los recuerdos de una crónica familiar, lo que más me gusto sin duda, es el realismo en el que el narrador logra transmitir todos estos sentimientos y yo como lectora logro empatizar con el autor y logro apreciar todo lo que cuando escribía sintió.
    La tragedia y la melancolía del final, me llamo la atención, es muy interesante y me hace plantearme, ¿porque? muchas veces las personas disfrutamos más consumir libros, videos, películas con finales trágicos, tristes, o en su defecto con tintes de nostalgia que penetren en lo más profundo de nuestras almas.
    Personalmente me gusto el final, es una pena lo que está pasando con el tío ito, no me imagino la exuberante tristeza que debe sentir para completamente aislarse del mundo que lo rodea.
    Pero la manera en la que lo redacta el autor con esperanza de volver a ver la esencia, alegre y feliz del tio ito le da el lector justo el final que necesita, perfecto.
    Ana Sofia Gomez,DERECHO 2

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  4. La forma en la que el texto se encuentra estructurada permite adentrarnos en la historia, a través de la narración, con las descripciones de todo aquellos detalles que permean los recuerdos del narrador sobre el tío Ito, permiten al lector crear una imagen de como era el tío Ito de antes, además de que es más fácil sentir las emociones del protagonista y empatizar con los sentimientos del tío Ito cuando se nos deja conocerlo un poco.
    La forma en la el narrador cuenta la historia, su elección de palabras, nos transporta a esa época en el lugar, lo cual hace la lectura más interesante, especialmente para mi, ya que al haber crecido en una ciudad no conozco como funciona la vida en los pueblos, y ser capaz de transladarme a ese lugar hace todo más especial.
    La pérdida de un familiar es algo que casi todas las personas hemos experimentado, por lo que somos capaces de empatizar con el tio Ito, y se hace aun mas doloroso la idea de ademas de ver fallecer a un ser querido, ver morir en vida a otros a causa del dolor; siento que el autor pudo haber transmitido un poco más ese sentimiento con una elección distinta de palabras, en este momento de la historia siento se pierde un poco el estilo que manejaba en la primera parte por lo que no se transmiten de la misma forma las emociones, aunque somos capaces de sentirlas ya que es una situación conocida hasta cierto punto, se pudo lograr de mejor manera.
    En conclusión me gusto mucho el texto, la historia realmente apela a las emociones del lector, ya que nunca es fácil la imagen de ver a un familiar ser consumido por el sufrimiento de la muerte de un hijo, un relato hermoso y doloroso al mismo tiempo, gracias a su narración.

    DANNA GARCIA CASTRO, DERECHO 2

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  6. Se necesita valentía y coraje para escribir sobre un hecho que toca las fibras más susceptibles del ser. A pesar del tiempo transcurrido, el recuerdo es el único instrumento que te permite revivir lo sucedido y es admirable poder, si quiera, escribir sobre un infortunio que hirió profundamente a toda una familia.
    Todos tenemos un "tío Ito" en nuestra familia: una persona amigable, fuerte, alegre, creativa y humilde. Tenemos una persona única y valiosa que nos llena de regocijo el corazón, que nos marca la vida. Y, sin duda, todas las personas bondadosas y buenas como él, deberían ser recompensadas sólo por cosas buenas.
    La vida o el mismo Dios obran de formas misteriosas. Sin embargo, también debería exponer la finalidad del propósito y ahorrarle el dolor tan grande de preguntarse diariamente "¿Por qué te lo llevaste?".
    Una pérdida de tal magnitud duele hasta el alma y contrae graves efectos, hasta el punto de morir de tristeza. No obstante, hoy podemos recurrir a la atención psicológica que nos ayuda a apaciguar el sufrimiento y seguir adelante. Considero que, de forma oportuna, eso le hubiera servido un poco para que tío Ito disminuyera su agonía y pudiera afrontar la pérdida sin perderse él mismo. Aunque también hay que considerar la capacidad económica familiar y el contexto cultural. Sí bien, la familia era de escasos recursos y conseguir, en ese entonces, un profesional de la salud mental era muy costoso. Por otra parte, recibir ayuda psicológica no se veía necesario desde lo cultural. Era pues, algo para los "locos" y el señor Ito no está loco, sino, en duelo. Anteriormente, se tenía la concepción que los psicólogos atendian a los "locos", era pues, la forma de estigmatizar dicha profesión o de subestimar el cuidado de la salud mental y peor aún, los hombres no recurrían a diga ayuda porque "no se necesita de eso", asumiendo que el recurrir a solicitar ayuda era poco varonil. Hoy por hoy, asumimos con completa naturalidad el hecho de recibir terapia y a preocuparnos más por estar bien.
    El duelo que se prolonga no es saludable. Quizás lo único que lo mantiene con vida son sus otros hijos pero vivir con depresión, desesperación, ansiedad y todos los efectos contraídos por la pérdida de un ser querido, no es un buen vivir. En este sentido, la familia Acosta no debería esperar que Dios "lo saque de ese encierro", por el contrario, deberían asumir el compromiso de ayudarlo para que vuelva a ser el de antes, proveerle a Ito recursos, consejos y espacios de reflexión.
    Una cosa que quisiera saber fue ¿Qué hizo el papá durante la enfermedad de su hijo?, hubiese sido un punto importante desarrollarlo en la narrativa porque el autor sólo destaca el apoyo de la madre.
    Desde otro punto de vista, me parece un buen texto pero considero que los recursos fotográficos deben ir más acorde con lo escrito para que sirva en la retención de la narrativa que se está proporcionando. Además, dejar de esclarecer en reiteradas ocasiones el parentesco que tienen los personajes. Considero que una o dos veces son suficientes, más de tres es exceso.
    Por Yennifer Garizabalo Escorcia - Derecho 2.

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  7. Principalmente, el autor de este texto, desde el inicio de esta historia, narra detalle por detalle, minuciosamente, lo que el tío Ito hacía, o le mandaba a hacer a sus sobrinos, eso hace que uno como lector, se involucre en el sentir de lo que se vive en los pueblos diariamente, y esa narración crea una conexión inmediata, y por consecuencia uno quiera seguir leyendo y eso hace del comienzo, fascinante.
    En lo que me centraré realmente será en lo difícil que puede ser superar a alguien que amamos tanto, cuando este deja su vida terrenal y se convierte en recuerdos que quisiéramos revivir. Una desagradable noticia llegó a la vida de Manuel Luis, un cáncer de estómago terminaría con sus sueños y metas por cumplir de este joven hombre. Aunque, Manuel Luis, logró despedirse de sus seres más cercanos, que su madre estuvo cerca para recibir con gran dolor esa despedida y que sus hijos recibieron por llamada, el último adiós de su padre, alguien no estaba para nada preparado para esa noticia desgarradora, y era el tío Ito, el padre de Manuel Luis, que tenían planes juntos por hacer, y una gran vida que seguir, pero, lamentablemente, este enfermedad terminó con todo eso para esta familia. Tío Ito, después de que su hijo mayor y único varón, muriera de cáncer, no volvió a salir de la habitación que su hijo, Manuel Luis, construyó en la casa de la vieja Aba, tampoco, volvió ir a Fundación, y aunque tío Ito, tenía un gran dolor o como lo llama el autor en uno de sus subtítulos “La depresión no superada”, el no se estaba dando cuenta el gran vacío que le generaba a sus familiares, ya que, el tío Ito, era de gran importancia en la familia, con sus historias, su mamadera de gallo, y esa falta de presencia en los parajes de su dominio, dejaba otro duelo más que superar. La muerte y la superación de esta, no vienen con un manual para seguir y así salir muy rápido de ella, por lo tanto, los duelos, de cualquier manera, deben ser respetados, ya que todos los procesamos de manera diferente, sin embargo, hay que ser conscientes hasta cierto punto, para no llegar a actos egoístas con las personas que aún están en vida, que nos valoran y aprecian, para no generar un dolor más.
    Para concluir, evaluando el contenido, me fuese gustado saber de cierta forma, donde estaba el padre en el transcurso de la enfermedad de Manuel Luis, porque solo nombran a Carmen, su madre, y la llamada a sus hijos antes de morir, pero, su padre, el tío Ito, no lo nombran, pero, de resto me adentre mucho a la historia, felicito al autor por su manera de narrar, y reflexione conste a este texto, ya que, el dolor mezclado junto al vacio que deja la muerte, es inefable, pero el dolor que le causamos a las personas que están en vida y también conviven con el dolor de vernos hechos nada, también es desgarrador.

    LUNA JIMÉNEZ - DERECHO - GRUPO #2

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  8. La reflexión que propone el texto a través de su redacción es bastante emotiva, demasiado realista a la experiencia que puede vivir cualquier persona después de la pérdida de un ser querido. Nunca nadie te dice con cuánta incertidumbre se queda una persona después de que alguien muere. Nunca nadie responde esas preguntas y mucho menos, nunca nadie atiende ese dolor. La ausencia de quien muere es eterna, lo que se siente con ello también lo será. Esas son las cosas con las que el Tío Ito ha vivido desde que su primogénito falleció. Lo que transmite el texto no es la mitad de lo que él podría llegar a sentir y aún así, es demasiado fácil intentar ponerse en su lugar. Se genera empatía a través de lo que se cuenta por esa misma forma en la que es contado, lo que se debe no solamente a la redacción sino también a la relación personal que presenta el autor con la historia. Es muchísimo más fácil hablar de lo que se ha sentido, porque se vuelve parte del proceso de duelo de quien lo siente. Es fácil pedir más, porque uno como lector siempre va querer saber más allá de lo que el autor decide contar; pero aún así creo que el texto está escrito lo suficientemente justo, lo que no se cuenta no es necesariamente lo más intímo, si no lo que se lleva la persona de la que se ha escrito. Lo que el Tío Ito guarda consigo en esa habitación es lo que no se dice pero se siente en la propia piel como esas brisas del amanecer en la parcela. Lo que no revela el autor es lo que Manuel Luis llevó junto consigo, incluyendo otro par de cosas dentro de los ojos del Tío Ito.

    Isabela Lugo, Grupo #2 (Derecho).

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  10. Que agradable es que con solo leer el primer párrafo de un escrito ya te sientas atrapado y te adentres en lo que estas leyendo, pues esto fue lo que me pasó al leer esta oda que más que ser oda siento que se va más por el género narrativo. Aquí el autor comienza por mostrarnos lo que el y sus demás familiares hacen ya hace bastante tiempo con el tío Ito, eran familia de campo, en ese momento que hablo de roza me transporte a ese lugar imaginando lo que el autor iba contando.
    Ya después de que nos cuenta todos los momentos al lado de el tio Ito, comienza a hablarnos sobre como era este, como se enamoró y todo con respecto a el campesino. Se puede decir que era una persona amante al campo, buena gente, querido por todos y muy gentil. El tío Ito paso de ser un hombre con vigor y valentía y apasionado por la naturaleza y el campo, a ser una persona mas apartada de la sociedad, paso de ser el campesino que todos amaban a ser un simple solitario, esto según lo que nos cuenta el autor ocurrió luego de la perdida de su primogénito, algo que le dio muy fuerte a todos pero en especifico a él, que dejo lo que amaba para estar encerrado en el cuarto que su amado hijo le había regalado, hecho que causa dolor a sus familiares, después de esta terrible tragedia el tío Ito no volvió a ser el mismo de antes.
    en conclusión puedo decir que me agrado mucho este escrito, la forma en que al autor escribió y como este hace que nos transportemos al lugar de donde se habla, lastima que todo no fuera color de rosa pero la vida es así la perdida de un ser querido es muy dolorosa e imposible de reponer y mas si es tu primer hijo, pero espero el tío Ito se de cuenta de que la vida es pasajera y pueda disfrutar con sus demás hijos y nietos que la vida y como dice el titulo esperemos y EL TÍO ITO VUELVA A SER EL MISMO DE ANTES.
    Oscar González Fragozo G #2 derecho (lunes en la mañana)

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  11. JHON MARIO JARABA DIAZ1:39 p.m., octubre 01, 2022

    Excelso trabajo elaborado por el docente John Acosta, en el manifiesto se logra apreciar la calidad, la fluidez y cohesión con que se elaboró el escrito, es sin duda una buena inversión de tiempo; en cuanto al texto se nos presenta una historia afable con detalles muy puntuales y una descripción sin precedentes del lugar donde acaecen los hechos, en la narración se logra entrever como era la vida en el campo, desde las labores domésticas hasta los oficios del agro que ocupaban gran parte del tiempo que transcurre en un día, causa zozobra y tristeza el enterarnos del sufrimiento que ocupa una persona al sentir la partida de un ser querido, como era el caso de tío ito quien en su pena por la partida de su hijo se ahogó en la melancolía y se hizo preso de ella, el apartarse de su familia y recurrir al encierro en aquel cuarto que levanto su hijo permite inferir la constricción tan grande que junto a un profundo dolor le afligía, su familia espera por su regreso y le dan fuerzas, le recapitulan lo brioso que era antaño y los años de vida que aún le restan los cuales puede emplear en levantar su casa en Fundación.
    Jhon Jaraba
    Derecho- Grupo 2

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  12. La lectura es una historia basada en hechos de la vida real que muestra la vida cotidiana de una familia campesina, dedicada a la ganadería y agricultura. De una forma atrapante que permite conocer o recordar esas experiencias enriquecedoras del campo, el contacto con la naturaleza y los animales, pero sobretodo los lazos de afecto que se crean en la vida en situaciones que quizá en el momento no parezcan tan trascendentes pero que con el paso del tiempo, descubres lo importante que fue esa persona y ese momento. Sin embargo, así como lo bueno marca también las situaciones o perdidas dejan vacíos difíciles de confrontar y superar que muchas veces el dolor que los rodea no les permite encontrar esa motivación para intentar sobreponerse a las situación de perdida como es el caso del tío Ito, quien superó muchas cosas en su vida pero que la muerte de su único hijo varón dejó devastado y encerrado en el dolor.
    Todo esto se deja entrever en la historia de una forma que transmite las emociones y conecta con el sentir del autor, permitiendo descubrir ese amor que se desea profesar entre letras a una persona que es importante para otra y, de esa forma, hacerle sentir que no está solo.
    Es una historia que te muestra las experiencias más impactantes que insta a compartir esos saberes con otros y mostrar con mucho cariño los paisajes, anécdotas y conocimiento que la vida en familia en el campo.

    Janelys Mariano Solano. Derecho grupo 2

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  13. La principal tarea de un escritor, es vincular al lector en las líneas que ha escrito para que pueda disfrutarla y saborearla en su mente con cada palabra que recree en su imaginación. En mi gusto literario el autor me transporto a vivir la historia como si fuera mía. El tío Ito también evoca en mi vida aquellos parientes lejanos que como él, realizaban tareas domésticas muy campesinas, de raíces puras, entiéndase esto como aquello natural, que no tiene comparación, ni reemplazo.
    Ito es un caballero con raíces muy originales de aquellos que enseñaron para la vida a sus hijos, y estos a sus hijos, ¿pero qué enseño? Enseño el valor de saber aprovechar las cosas del campo, enseño el valor del trabajo, enseño el valor de la responsabilidad, enseño el criterio de poder reaccionar de manera original a las situaciones de la vida y darle pronta solución, eso enseño.
    Para Ito, la alegría inmensa que sintió al saber que su primogénito era un macho no pudo caber de la alegría en los pantalones, por eso fue que amo y se entregó a su hijo, puedo colegir, que tal vez no expresaría sus emociones ante esto por ser un hombre de sentimientos fuertes ante la gente, pero de un corazón de mantequilla ante su hijo. No estaba preparado para la perdida que la fría parca le arrebato, esta historia trae a mi memoria la escena de la magnífica cinta cinematográfica de El Padrino dirigida por Francis Ford Coppola, donde Don Vitto Corleone, no supera la pérdida de su hijo mayor Santino y se encierra en su mundo a llorarlo en silencio, también trae a mi memoria la historia de Don Felipe Gomez QEPD quien perdió a su hijo mayor Luis Felipe Gómez Vergara, Felipito como era llamado cariñosamente en una emboscada guerrillera, cuando intentaban defender con honor y con las pocas municiones que contaba la armería del comando de policía del municipio de achí bolívar, la cual duro más de 7 horas.
    Así como Ito, Don Vitto y Don Felipe, hombres fuertes pero con un corazón debilitado ante la repentina llegada de la parca, sus corazones además de bombear sangre, quedaron sensibles conectados en silencio al cerebro preguntándose ¿por qué? Don Felipe, aguanto los años mientras miraba fijamente sentado en la mesa de comedor el retrato de Felipito colgado en la pared con su uniforme y quepí muy silenciosamente junto con doña Hilda su esposa que también lo acompañaba.
    Hoy ellos, gozan de la pascua celestial junto a Felipito, no sé si él tío Ito aún se conserva como un roble silencioso o expiro su fecha de vencimiento vital, desde estas líneas me permito enviar mi solidaridad con Ito mediante el autor.

    Harold D. Rodriguez

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  14. Podemos apreciar que el autor quiere envolver al lector en la historia desde el principio, quiere brindar ese vivir y ese sentimiento de cada personaje y sobretodo quiere dar a conocer la historia de la mejor manera.

    Se puede ver qué era una familia de campo, de esas que poco a poco ha decrecido y se han olvidado todas esas costumbres y generaciones.

    Es tan así que a pesar de ser una historia con sus años ya encima, la historia refleja una gran encrucijada que a prevalecido a lo largo de la historia y es que podemos ser lo que sea pero siempre habrá un momento donde nos perturbe o mejor dicho dónde el ego de los recuerdos de un ser querido nos perturbe una y otros y otra vez y el complejo proceso de superar la partida de alguien.

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  15. Skarleth Yisel Martinez Barraza2:58 p.m., octubre 01, 2022

    La lectura gira entorno al pasado, ya que lo contado en la lectura principalmente corresponden a anecdotas del autor con su tío Ito o datos importantes de la vida de su tío, estas anecdotas hace que nos adentremos y transportemos por completo en lo contado, tambien nos retrata la gran importancia y relevancia del tío Ito en el autor y en su comunidad, esto nos da un aire de nostalgia y melancolia, que se va atenundo cada vez mas mientras mas leemos.
    Esta lectura por mi parte me hizo sentir diversos sentimientos encontrados que van desde la nostalgia hasta la tristeza. Pude evidenciar una vez mas con esta lectura la importancia y relevancia los vinculos personales de cada persona, y lo duro que puede llegar a ser la perdida de un familiar un ser querido, donde esta perdida puede cambiarnos por completo.

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  16. Natalia Guzmán Aguad3:13 p.m., octubre 01, 2022

    Habiendo culminado la lectura de esta narración, primeramente, debo expresar que despertó en mí muchas emociones e incluso sentimientos encontrados, la forma en la que está redactada hace que el lector se sienta acogido y en una conversación directa con el autor, en la cual, él le estuviera contando a un amigo cercano sobre un familiar que estima mucho y sus recuerdos más emotivos sobre este. También, el lenguaje que emplea, y ciertas expresiones hace ver adornado el texto, yo siendo costeña, me siento familiarizada con algunas palabras, no todas, lo cual generó cierta curiosidad en mí, por algunas expresiones orales mencionadas por el autor.
    Quiero aludir que, desde que empecé a leer, poco a poco, me iba transportando a los lugares mencionados, las zonas rurales, y pensaba en lo bello que es vivir en un pueblo de esa manera, rodeada de animales, respirando aire puro y en un entorno sano, alejada de las cosas malas. Y así mismo, llegó a mi mente una reflexión: "vale más la calidad que la cantidad", ya que a veces, uno viviendo en la ciudad y teniendo muchas cosas materiales, no disfruta de forma genuina o grata la vida e incluso no existe ese afecto de amor cálido en la familia, a diferencia de las personas que han nacido y se han criado en el pueblo, tal vez no teniendo todas las cosas materiales, pero si aquellas de las que carecen muchos y que si poseen un gran valor.
    Cabe resaltar, que tal vez, mi conexión con este texto se deba a que mi madre también vivió gran parte de su vida en un pueblo, además, ella siempre me ha contado anécdotas de su vida y recuerdos viviendo en ese lugar, y en realidad, es porque yo le pregunto e insisto mucho sobre eso. Por lo tanto, al leer este texto me sentí cautivada y asimilaba esta historia con las que me ha contado mi madre, provocando en mí sentimientos encontrados y diversidad de emociones, incluso, hasta me sacó una que otra lágrima.
    Para concluir, quiero expresarle al autor, que esta lectora agradece mucho el haber conocido y leído este texto, y también dejarle una pregunta, que ojalá pueda resolver, ¿Cómo siguió tío Ito, si logro salir de ese duelo? Espero que sí, habiendo transcurrido ya 5 años, desde la publicación de esta redacción.
    Natalia Guzmán Aguad.
    Carrera de Derecho.
    Grupo 2. 2022-2.

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  17. La narración de la historia fue muy buena, a tal punto de atrapar al lector con algo tan cotidiano como lo son las historias familiares. Empezar desde la infancia del lector para mostrarnos un poco del contexto de como era el tío Ito me me pareció una gran idea, ya que podemos entender fácilmente que era una persona muy activa, desde temprano se despertaba para hacer sus labores y aun hasta la noche dejaba todo listo para volver a empezar otro nuevo día.
    Esta historia nos deja entender como cambia un padre ante la perdida de un hijo, como esa noticia hace que su mundo se vea afectado cambiando toda la rutina que había tenido, nos enseña que ademas de un padre es un ser humano con sentimientos, sentimientos que cada día se vuelven mas fuertes y controladores.
    En estos momentos no se como se encuentra el tio Ito, pero me gustaría que haya podido encontrar felicidad en otras cosas de su vida.

    MARISOL LUGO PIANETA
    DERECHO- GRUPO 2

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  18. El texto me transporto al pasado cautivándome al adentrarme en la historia a través de la narración, la descripción de cada detalle que impregna los recuerdos de la infancia del docente John Acosta vivida junto a su tío Ito, forma una idea e imagen al lector del como era el tío ito antes y después de los lamentables sucesos a sus seres queridos. Con el relato de como su tío Ito dejo su ser anterior, de una persona alegre, divertida y trabajadora a una que se encuentra en una inmensa tristeza, nostalgia y duelo por la perdida de sus seres queridos me hizo sentir una gran empatía hacia este además de pensar de como alguien puede lidiar la muerte de un ser muy cercano a uno y especialmente el caso de como un padre puede enfrentarse ante la trágica noticia de la muerte de su hijo. Lo que mas me gusto del texto fue como mantienen la esperanza de que tío Ito pueda recobrar la esencia que lo caracterizaba tiempo atrás.
    José Luis Jiménez
    Grupo 2. 2022-2
    Derecho

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  19. La manera en la que está narrada esta historia es sencillamente maravillosa, un atributo que se hace imposible no mencionar es la capacidad que posé este texto que logra transportar cada una de nuestras partículas a aquellos momentos o lugares, que han sido narrado en este relato sacados de los más preciados y lejanos recuerdos del autor. Esto es precisamente llevado a cabo gracias a La narración minuciosa, precisa y sobre todo detallada de cada situación, acto que permite imaginar que veríamos, que oleríamos y básicamente que sintieran cada uno de nuestros sentidos, nos lleva a entender la ambientación temporal y espacial, lo que produce que el lector se involucre completamente en la historia, considero que este no solo fue mi caso, sino más bien, el de todos los que leímos esta historia, llevándonos a empatizar con los sentimientos de los personas y a entender los tintes nostálgicos bajo los que este se encuentra escrito.

    Mi problema principal a la hora de comprender el texto es el empleo de palabras propias de la estampa pueblerina, en lo personal llevo toda mi vida viviendo en la ciudad por lo que al leer estas palabras en primera instancia me dejaron con una serie de dudas que luego de una pequeña investigación que consistió en consultarle a mi abuela sobre estas palabras, siendo esta oriunda de un pueblo del magdalena fue capaz de explicarme que significaba cada una de las palabras y al poder comprender esto puede hacerme una idea más clara de la ambientación temporal y espacial por lo que considero que es el uso de estas mismas palabras lo que nos permiten degustar mejor el texto.

    A pesar de que la muerte se torna como el asunto principal, el tema de esta narración es como se lleva la vida tras la llegada de la muerte de alguien que queremos, si bien el tan solo pensar en esta situación nos pone los pelos de punta y nos llena de un extraño sentimiento, entre nostalgia, tristeza, desesperanza, impotencia hasta incluso puede ser enojo, nadie sabe cómo va a reaccionar ante esto por lo que La respuesta emocional que cada quien va a tomar en cuanto a esta situación es totalmente impredecible, el caso del tío ito es una muestra clara de esto. Su manera de responder al dolor fue aislarse en el lugar que más le recuerda a su hijo tratando de guardar y memorizar cada uno de los espacios de esas 4 paredes

    Ahora bien, otro punto a considerar es que dentro de la historia podrían existir ciertas lagunas que dejarían al lector con una serie de dudas o inconclusiones como ¿Manuel si se despidió de su padre? ¿el tío ito estuvo presente en el proceso que vivió Manuel con su enfermedad? Y ¿Cómo está el tío ito en la actualidad? Me gustaría poder aclarar esas incertidumbres, esperando de todo corazón que el tío ito haya podido recuperar sus fuerzas.
    Marggi Hernandez Lindo- derecho -grupo-2

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  20. Laura Carolina Hernández Bossio.
    Programa de Derecho.
    Lectura y escritura critica - Grupo: 2.

    El título nos prepara para la nostalgia en las que nos va a envolver este texto emotivo, llamar al texto “Oda”, me parece una referencia hermosa para mencionar una dedicación a su tío. Este escrito, narrado en primera persona, está dedicado para el tío del autor, conocido como el “Tío Ito”, cuyo nombre real es Manuel Nicolás Acosta Mendoza, a través del texto, nos cuenta cómo fue la infancia del autor junto con su tío Ito, su esposa Carmen, sus tres hijos y su abuela Aba, en la casa de fundación, un hogar que no se encontraba en las mejores condiciones, pero es un souvenir, que está construido en base de mucho amor y cariño, llenos de gratos recuerdos, que son la cura para un mal momento. El tema principal, es la añoranza de lo que era el Tío Ito, que sufrió la perdida de su hijo mayor, Manuel Luis. El tio Ito está presente actualmente, pero en cuerpo, porque su alma, se quedó atrapada en el pasado, su ser reside en la habitación de su hijo mayor.
    No he vivido en un pueblo, pero tengo familiares que sí, leer los recuerdos de la infancia de este autor, me hace pensar en la vida de mis ascendientes, en la gran diferencia entre sus infancias y en la mía, mi imaginación abre paso a una visualización de mi persona en el pueblo, floreciendo como persona junto con la naturaleza, alejada de la ciudad y criada de manera diferente. Todos hemos sido alguna vez el tío Ito, con nuestro cuerpo en la tierra, pero deseando regresar al pasado, deseando aprovechar el tiempo que una vez desperdiciamos, deseando que una persona sea eterna, lastimosamente, no controlamos el tiempo y debemos afrontar la realidad, conectarnos con el presente, un proceso doloroso, pero tenemos que hacerlo para seguir viviendo. Desde la primera palabra del título, hasta la última palabra del texto, el escrito te atrapa, queriendo saber más de la vida de estos personajes y sorprendiéndonos con las tragedias ocurridas. Pero quedé con ansias de conocer más sobre la relación entre el tío Ito y su hijo; cómo se trataban entre los dos, cómo el padre afrontó el cáncer, cómo fue su apoyo; por el sufrimiento que describe el autor, puedo deducir que tenían una gran relación, pero, de todas maneras, quisiera saber más detalles.

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  21. Me parece increíble la manera como el autor nos transporta al momento de los hechos,  la manera en como relata cada detalle para ubicarnos en el lugar y contexto indicado para, de esta manera, logra que el lector conecte más con la lectura y tenga la sensación de que está viviendo lo narrado. También valoro el hecho de que por un momento se haya enfocado en las actividades que comúnmente realizaba el tío Ito, de cómo se desenvolvía en cada cosa que hacía, demostrándonos la calidad de persona de la que trataría la lectura y la magnitud del cambio que vivió por lo sucedido.
    Está es una historia que impacta fuertemente al lector, pues son situaciones que, aunque duela pensarlo, son comunes y que generan una sensibilidad en el público al tratarse de una enfermedad a la que todos tienen miedo. También el hecho de que la víctima haya sido el primer hijo transmite un poco esa tristeza que debe sentir el tío Ito y hace que nos plantiemos sobre cuál sería nuestra reacción ante tales circunstancias, nos lleva un poco a entender la razón por la cual el tío Ito decidió apartarse y dejar de desempeñar las actividades que realizaba en su diario vivir.
    Por tales razones considero que es una muy buena narración, porque transmite esos sentimientos de tristeza por la tragedia y también, esas ganas del autor por que el tío Ito se recupere y vuelva a ser como antes.
    María Camila González Pérez- Grupo 2 Derecho

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  22. Angie Marcela Guerra Sevilla8:26 p.m., octubre 01, 2022

    El texto es una narración muy interesante y emotiva porque nos hace reflexionar como hay personas que luego de una muerte cercana no son los mismo y más si es la de una madre, un padre o un hijo, pero basándome en un análisis crítico considero que mientras iba leyendo esta narración no tenía muy en claro cuál era el propósito final al que el autor quería llegar, puesto que, luego de mencionar como fue su infancia junto con su tío Ito, no nos hace algún tipo de introducción sobre la relación de padre e hijo que había entre Ito y Manuel Luis. Por consiguiente, el autor nos presenta una clase se sucesos en los cuales nos comenta los encuentros que tuvo con su primo en diferentes ciudades, puesto que no nos argumenta explícitamente como su tío Ito conlleva toda la enfermedad de su hijo, sino hasta que este fallece. Me hubiese gustado por lo menos leer algo referente a esto, siempre estuve leyendo como la Sra. Carmen estuvo con Manuel Luis en su enfermedad.

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  23. el texto es increíble a mi parecer, como logra atrapar al lector en ese sentimiento e instancia de paz, que nos otorga de única manera la naturaleza y en este caso principalmente el campo colombiano, la manera en que se describe las acciones de como era levantarse a ordeñar junto al tío ito, transmitiendo esas emociones particulares de la niñez y como al describir ese espacio nos podemos transportar y sentir el frio de la madrugada en el campo, ese olor particular de café y ese sentido de satisfacción y calma luego de realizar el trabajo, otorgándonos esa facilidad de poder revivir esos momentos de la mano con la historia. Luego como refleja ese sentimiento de perdida del tío ito ante la muerte de su hijo y como el autor entendía la situación del hombre enfermo, nos otorga esa capacidad de tener solidaridad ante tal acontecimiento y pena en la familia. Alberto Duque, derecho grupo 2, primer semestre

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  24. Primero que todo quiero resaltar la maravillosa narración del autor, una narración que te atrapa en la historia.
    A medida que iba leyendo podía apreciar como desbordaba cada sentimiento de lectura ya sea de alegría, tristeza o angustia, es un texto que hace que no quieras dejarlo de leer pues de cierta forma para mi como lectora se siente una conexión que te hace sentir parte de él.

    La forma en la que el autor narra como es vivir en el pueblo hace que para aquellos que no han estado en uno se den una idea de cómo es el noble esfuerzo que hacen las personas que en este habitan pero también resaltando lo felices que son en aquí.
    Al inicio de la historia no entendía muy bien el contexto pues por el título más que todo pensé que trataría de una persona que por ejemplo perdió la memoria, pero me encuentro con algo diferente, a medida que voy leyendo me doy cuenta que va tratándose de una persona que perdió su esencia causado por el dolor de la pérdida de uno de los seres queridos más importante para él que es el caso del tío Ito.
    Se refleja la unión de esta familia tras pasar por tal suceso, que a pesar de todo siempre estaban ahí apoyándose y lo importante que es el tío Ito para ellos ya que aunque todos entienden la razón de su cambio, siguen deseando que algún dia vuelva a ser aquel personaje único que resaltaba en la familia.
    Valentina Hernánde Rodríguez - grupo 2 de derecho

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  25. Podemos observar que el texto está narrado en primera persona, y en este el autor nos habla de una de sus experiencias vividas de cuando era niño y como recuerda con gran cariño el tiempo que pasó y todo lo que aprendió con su tío Tito en Fundación y la gente que lo rodeaba, pero también como una gran tragedia pudo acabar con esa fuerza que irradiaba Tito, y pues lógicamente, es traumante para un padre perder a su hijo, entonces cada persona tiene diferentes formas de enfrentarlo y nos podemos dar cuenta de que Tito lo enfrenta aferrándose a cosas que le recuerdan a su hijo, pero sus familiares aun tienen la esperanza de que vuelva a ser el mismo Tito de antes. En cuanto al análisis critico, nos podemos dar cuenta que el propósito del autor es rendirle homenaje a su tío Tito, aquel hombre que siempre ha admirado. Además, se puede decir que narra con gran nostalgia aquellos momentos que tanto recuerda de su juventud como lo era estar en Fundación y compartir con sus primos, tíos y su abuela ya fallecida que tanto quiere y menciona. Por ultimo, me parece excelente la forma en que el autor lo narra, ya que me pudo transmitir sentimientos, sobre todo al final cuando hablaba de la muerte del hijo de su tío Tito y como este lo visitaba antes de morir.
    LÍA GARCÍA- GRUPO 2 (DERECHO)

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  26. Me conmovió tanto esta historia y como el autor en singular narra sus experiencias vividas en el municipio de fundación, donde quedaba aquella casa de Zinc, palos y barro cuando era un niño pequeño.
    Para nadie es un secreto que la pérdida de un hijo es algo muy doloroso y mas si es el único varón del hogar, las familias tienden a desunirse ya sea físicamente o psicológicamente cuando una perdida impacta significativamente, cuando el dolor es casi que insostenible, se quebrantan las relaciones y nada vuelve a ser igual.
    Los años transcurren y durante el camino se nos presentan dificultades los cuales nos hacen movernos de nuestra zona de confort o incluso de tener que vivir con el desasosiego por el cambio repentino o la perdida de algo o alguien.
    El tío ito, se encuentra aferrado al único lugar que su amado hijo construyó en vida porque lo siente como algo valioso y lo que lo perpetuar ese amor a su hijo.
    Todos los familiares extrañan a su querido tío, aquel que les enseño muchas cosas en su infancia, aquel que era la alegría de la familia, pero nadie piensa en que el todos los días vive con la nostalgia latente por extrañar a su hijo.
    La narración de este texto me estremeció, cada palabra del texto me lleva a los cuentos que me echaba mi abuela junto a sus hermanas cuando eran pequeñas y vivian en el pueblo, mis primos y yo nos quedábamos estupefactos escuchando cada anécdota que nos contaban sobre la vida en zona rural, los quehaceres de la casa y el trabajo diario de campo que les tocaba realizar para ayudar a la familia.
    Atentamente,
    Lizeth García Perez.

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  27. Gracias a que el autor realizó un texto descriptivo,le permiten al lector poder transportarse a la época,a los recuerdos de una persona y una familia entera, brinda una idea de cuan placentero y complicado es la vida en el campo considerando que la mayoría de las personas que viven en cacerías deben cultivar para poder subsistir,dependen exclusivamente de lo que cosechan y por tanto la alimentación se puede inferir que es orgánica,permitiendo realizar un análisis de los beneficios que producen, considerando que muchos de los alimentos que llegan a nuestras mesas como citadinos ya vienen procesados y recubiertos que sustancias que al final pueden perjudicar la vida y la salud, me permito realizar este análisis debido a la expresión que he escuchado por algunos familiares que han convivido en unas condiciones muy parecidas a las que el autor nos describe y estos afirman que este estilo de vida y alimentación tienden ampliar y mejorar la calidad de vida.

    No obstante eso no impide que un cuerpo se apague tal y como le sucedió al tío Ito,su cuerpo aún tenía mucha energía y podía según el autor seguir desarrollando las mismas actividades en las que se había desempeñado hasta la trágica situación de la perdida de su hijo,su alma se apagó y trajo consigo oscuridad y desinterés en la vida del tío,tal situación me permite idealizar que el alma y el cuerpo deben ser una prioridad a la par y que una situación como la perdida de un familiar nunca estaremos listos para aceptar,afrontarla por más que dejemos tales designaciones sobre Dios,para quienes somos cristianos .
    A manera de conclusión puedo interpretar el texto como un homenaje a través de las letras que el autor le hace a su tío,a su infancia y a cada una de las vivencias y experiencias que fueron menesteres para que fijara bien sus interés,ideales. Además fue un texto hizo mover en mi persona esa parte más sensible y humanizado al interpretar algunas de las situaciones que ocurrieron cerca de mi en mi infancia las cuales casi nunca menciono ni me gusta recordar,pero el texto me transportó a los momentos felices que se dan con la familia y eso es lo más importante ante cualquier adversidad
    Por Angella González

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  28. El artículo está escrito en primera persona, con estilo narrativo, por parte del sobrino del tío Ito, que se puede dividir en dos momentos históricos, y cada uno de estos momentos gira en torno al estado anímico, emocional y sicológico en la vida de Manuel (tío Ito). Teniendo en cuenta que se hace una semejanza del carácter y actitudes del tío Ito con un toro, estos dos momentos históricos de la narración se podrían nombrar: el toro bravío y el toro taciturno.

    La primera parte de la narración inicia en la etapa esplendorosa de la vida de Manuel (tío Ito). La vida en la finca Fundación, con la compañía de Carmen, su pareja; los dos hijos con los que contaba al momento de principiar la narración y la compañía de uno de sus sobrinos (el narrador) al que estaba criando. Se hace un recorrido por la vida rural campesina, donde el escritor logra recrear en la mente del lector la habitación donde duermen los habitantes dueños de la casa: la cama, el saco de maíz en un rincón de la pieza; el corral de las gallinas; el potrero donde tío Ito ordeña las vacas mientras su sobrino espanta los becerros. Nos crea claro en la mente la imagen del tinto cayendo sobre la espuma de leche recién ordeñada, en el vaso de plástico, y los niños con el moteado blanco en sus labios.
    Imaginamos vívidamente al sobrino de Manuel sobre el burro, llevando los frutos de la cosecha del terreno cultivado por el tío Ito, con destino a La Junta, donde su abuela Aba.
    Disfrutamos “estar en el festival“ viendo al tío Ito cantando vallenatos.

    Todo lo contrario es la segunda parte de la narración. Describe un personaje taciturno y distante; tal vez vencido por la vida con la pena que lleva a cuestas de ese hecho casi que contranatural de ser el padre el que entierre a su hijo.

    Podemos casi que imaginar lo triste de la conversación telefónica de Manuel Luis, el hijo mayor de tio Ito, con sus hijos en su lecho de muerte, desde Medellín. También imaginamos el recorrido casi que automático y “flotando” del tio Ito, buscando la presencia de su hijo fallecido en la habitación que este construyó en la casa de la abuela Aba, en medio de aquellas paredes y ambiente en ruinas.

    Finalmente valga la pena resaltar que, sólo por casualidad, la palabra ITO es un anagrama de Tío.

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  29. Sobre todo, el autor de este texto desde el inicio de esta historia detalle a detalle, precisamente cuenta lo que el tío Ito hacía u ordenaba a sus sobrinos para que uno como lector pueda relacionarse con el sentir de lo que vivían a diario en las ciudades y esta narración. crea una conexión inmediata, y por lo tanto uno quiere seguir leyendo y por eso el comienzo es fascinante.
    Una desagradable noticia llegó a la vida de Manuel Luis, un cáncer de estómago acabará con los sueños y metas de este joven. Tío Ito, después de que su hijo mayor y único varón muriera de cáncer, no salió del cuarto que su hijo Manuel Luis había construido en la casa del viejo Abo, ni volvió a la Fundación, y aunque el tío Ito estaba muy dolorido , resp. como lo llama el autor en uno de sus subtítulos, “Depresión no superada”, no se percató del gran vacío que causaba a sus familiares, pues el tío Ito tenía gran importancia en la familia con sus cuentos, su grifo de botella, y que el la falta de presencia en los lugares de su predio, dejó vencer otra pelea.


    Daniel García Chova
    Derecho Grupo 2

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  30. Desde mi perspectiva creo que es muy interesante la manera tan realista y tan detallada en que el autor relata sus vivencias al lado del tío Ito, es muy curioso como las imágenes crean ese canal por el cual el lector se puede transportar hacía el lugar y la época de los hechos, alcanzo a imaginar la vida tan alegre, maravillosa y emocionante del tío Ito tal como si yo la estuviese viviendo, una vida al lado de su señora y sus hijos en un pueblo acogedor, en un lugar acogedor, rodeados de animales y todos disfrutando de la simplicidad de la vida.
    Es bien curioso como un episodio o un suceso trágico trae consigo toda una lamentable historia; una desgarradora llamada desde Medellín en la cual casi que despidiendose y ya estando en su lecho de muerte el hijo de él se comunica con el padre, tío Ito se debió haber sentido desconsolado por la noticia de su hijo mayor y unico barón, realmente el autor hace un gran trabajo usando palabras que ayudan a sentir y a vivir este artículo. Sin duda un deleite para la vista, un viaje a otra época y otra familia la cual te toca profundamente.
    Maria Paula Medina
    Programa de derecho - grupo 2

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  31. ANÁLISIS CRÍTICO DE LA LECTURA.
    La narración es muy buena, hace que uno como lector se transporte e imagine todos los lugares en donde se desarrollan los hechos, lo que causo interés en mi persona para seguir leyendo y así saber como acontecían los sucesos en estos sitios. Pero hay algo que no me gustó, y es que hay palabras como: retobo, angarilla, escotero, etc. De las cuales no tenía conocimiento de su concepto y yo se que al igual que yo muchas personas que no son del campo o del pueblo, provocando que partes de la lectura no se comprendan, sino hay una herramienta para buscar los significados. Con esto no le pido a el autor que las quite, porque la esencia de este texto es la de la familia del campo y estos términos son característica de el dialecto que implementan, lo que yo le pido a el autor es que en el texto al lado de cada termino entre paréntesis coloque sus significados, para que así lectores como yo, tengan conocimiento de sus conceptos y sea más fácil con esto la compresión de las partes del texto que implementan estas palabras.
    La historia me gustó mucho y me pareció muy emotiva, considero que soy una personas susceptible y con mucha empatía frente a las situaciones de lo demás, es por esto que el texto me toco he hizo que sentimientos de tristeza y esperanza se reflejarán en mi frente a la situación de esta familia; además hizo que reflexionara en que hechos como estos, hacen que las personas y las familias cambien, ya que es muy difícil afrontar estas situaciones y continuar con nuestras vidas como lo hacíamos comúnmente. Concluyó con que la perdida de un ser querido es un acontecimiento muy delicado, que todos hemos vivido o podemos llegar a vivir, ya que estamos expuestos a que algo así pase y que como dicen por ahí “nada vuelve hacer igual, los vacíos quedan, las personas cambian”, y puede ocurrir que situaciones como estas acaben con la vida de una persona.
    María Fernanda Guzmán Barros, grupo 2 de derecho.

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  32. De la generosidad literaria y otras nostalgias.
    Oda para que el tío Ito vuelva a ser el de antes, es un suspiro de nostalgia que se fuga por los intersticios del corazón agradecido de quien, a bien, supo disfrutar la presencia de ese tío soñado. Narrado en primera persona y con la voz holgada del sentir caribeño, ese tono refrescante exento de retoricismos y rimbombancias; permite al lector una inmersión desde lo emocional, en el ambiente familiar y cercano que muestra el autor en cada párrafo. Por momentos, yo dejé de sentirme integrante del clan Paternina para ser una Acosta más, por instantes sentí que arreaba a ese burro en el que me subía a llevarle yuca a la vieja Aba, tomé espuma de leche con café; incluso, sentí el olor de la leña encendida que atizaba Carmen. Y todo esto es el efecto poderoso de un buen relato. ¿Cómo, entonces, no amar al tío Ito? ¿Cómo no sufrir su encierro por la pronta partida de su hijo mayor?
    El ambiente en el que transcurre la vida del protagonista no es ajeno a la realidad del lector local –como es mi caso- , yo, nacida en Manatí, sur del Atlántico y heredera de las mismas costumbres del tío Ito, influenciada por mis abuelos Lucas y Vicenta, quienes parecen personajes paralelos a Manuel Nicolás Acosta y su adorada Carmen.
    Un aspecto a tener en cuenta es la familiaridad del contexto, no refiriéndome con ello al parentesco del autor de la crónica con sus protagonistas, sino a esa atmósfera de cercanía en la que nos envuelve a través de los marcadores lingüísticos como: leña, café, casa de barro, ternero, tranca, burro, leche, maíz, roza, potreros, cántaro, ponchera, hamaca, totuma, tinaja y muchos sustantivos más. Se puede apreciar una gran necesidad del autor por reafirmar su identidad cultural y personal, nombrando su mundo y, como ya lo había dicho Noam Comsky, El ser humano se descubre y se reafirma en el lenguaje. Pues, así puedo comprobarlo desde esa primera lectura, casi desprevenida también llamada literal.
    Hay, en el texto, una urgencia por inventariar el espacio, la vida, las personas; así como un deseo de expresar todo, en un esfuerzo por no dejar “cabo suelto”, que me parece un franco acto de generosidad, por cuanto la literatura lo da todo: el hecho, el espacio, el tiempo, los personajes, el caos, la calma, el sentido, la forma y el fondo. De tal manera que, siendo la palabra una forma o un recurso de revelación y un instrumento de búsqueda del autor, el relato es para mí el descubrimiento, por cuanto John Javier Acosta me deja entrar muy amablemente a su mundo, su vida, sus sentires y a su infancia, para que explore esa alteridad, es decir, ese cosmos del otro, del autor.
    Al final del texto, encuentro una tríada semiótica, la cual interpreto en la edad del tío Ito, esa edad en la que el cansancio resta fuerzas y esperanzas (las que se fueron con la muerte de Manuel Luis), el cuarto del encierro y el abandono de la casa de Fundación. Estos tres elementos son los vestigios de esa época dorada que es propia de toda familia, la certeza de un prominente arraigo, pero que, al paso inclemente del tiempo se transforma en nostalgia, la misma que lleva el tío Ito a cuestas en su senectud.

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